Comentando la Parasha: Tzav

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Rabino Gustavo Kraselnik
Kol Shearith Israel, Panamá

En honor al 50° aniversario de bodas de mis padres, Juan y Rosa Kraselnik

Agradecer a Dios por las bendiciones de la vida es una de las sensaciones inherentes a la espiritualidad humana. Todas las culturas poseen mecanismos para expresar este sentimiento que reconoce la intervención divina en nuestras vidas, más allá de lo que cada uno crea que esto significa desde la propia concepción teológica.
Ante los desafíos que la vida nos presenta, “elevamos nuestros ojos a los cielos” - como dice el salmista – “de donde vendrá nuestra ayuda” (Salmos 121:1) y luego de superada la difícil coyuntura sentimos el deseo de manifestar nuestro agradecimiento a Dios y sentirnos plenos ante Su presencia.
Ese es el espíritu del Zevaj Shlamim, la Ofrenda de las Paces, que es mencionada tanto en Parashat Vaikrá (Lev. cap. 3), como en la parasha de esta semana (Lev. 7:11-21).
Dice la Torá: “Esta es la ley del Zevaj Hashlamim que será ofrendado a Adonai” (Lv 7:11). La parte final del versículo – “que será ofrendado a Adonai” - aparece sólo en relación a esta clase de sacrificios y al ser redundante (es obvio que el destinatario del sacrificio es Dios) amerita una explicación del Midrash..
Los sabios (Vaikrá Rabá 9:1) señalan que esta afirmación nos recuerda el hecho de que este sacrificio involucraba una fuerte convicción de la persona al realizar su ofrenda, pues su motivación era exclusivamente el deseo de agradecer a Dios. En este sentido era distinto al sacrificio del Pecado (Jatat) y de la Culpa (Asham) que venían a reparar una falta.
Por otra parte, a diferencia de los otros sacrificios que eran totalmente quemados en el altar (Olá - Holocausto) o repartidos entre el altar y los sacerdotes (Jatat – Pecado y Asham – Culpa), una porción del Zevaj Shlamim era consumida por el oferente y su familia en un banquete de celebración. Como explica el rabino Samson Raphael Hirsch (Alemania S. XIX), “el Shlamim es un reconocimiento de la dependencia de nuestro destino en Dios, y su propósito es la consagración de nuestra alegría y felicidad en la condición de nuestra vida" (Comentario a Lev. 7:18)
El Zevaj Shlamim podía ofrecerse como un Korban Todá (sacrificio de agradecimiento después de una salvación en los casos que establece el Talmud en Berajot 54a), como un Korban Neder (sacrificio en cumplimiento de un voto) o como un Korban Nedavá (sacrificio voluntario). En todos los casos la idea central de este sacrificio, tal como las diversas interpretaciones del nombres de la ofrenda así lo indican (Sifra 156:1), es expresar la sensación de Shalom (Paz) y Shlemut (integridad) entre el oferente y Dios.
Tras la abolición del sistema de sacrificios, el Korbán Todá fue reemplazado por Birkat Hagomel, la bendición de agradecimiento a Dios que se recita después de subir a la Torá después de haber pasado una situación difícil.
En un sentido más general, el deseo de manifestar nuestra gratitud a Dios fue incorporado a la liturgia diaria en el Mode Ani Lefaneja que son las primeras palabras que recitamos al despertarnos (Te agradezco por haberme dado la vida), en el recitado de la Amidá, en el Modim, precisamente la bendición de agradecimiento a Dios: “...Tu cuidas nuestra existencia y proteges nuestra vida a través de los tiempos por eso Te agradecemos y oramos a Ti...”, y en el Birkat Hamazón, la bendición para después de la comida, donde agradecemos a Dios por el sustento y por habernos concedido la vida.
Mirando a nuestro alrededor, pareciera ser que la bendición del Sheejeianu (que nos otorgasTe la vida, nos sostuvisTe y nos hicisTe llegar a este momento) se ha convertido para muchos de nuestros contemporáneos en el vehículo apropiado para reconocer la presencia de Dios en nuestras vidas y dar testimonio de nuestra gratitud. Justamente debido a la sencillez de su contenido, es que el Sheejeianu logra plasmar ese profundo sentimiento de agradecimiento hacia la Fuente de Vida, que nos embarga en aquellos momentos especiales de nuestra vida, tal como el Zevaj Shlamim, la Ofrenda de las Paces nos invitaba a exteriorizar.
Si me permiten una nota personal, fue esa idéntica sensación de paz y plenitud con Dios y con la vida, la que se contagiaba en la reciente ceremonia de renovación de votos de mis padres en ocasión de su 50° aniversario de Boda. Parados bajo una Jupá sostenida por sus siete nietos, rodeados por sus cuatro hijos y sus esposos, y ante la presencia de familiares y amigos mis padres dieron testimonio de su amor y su deseo de continuar compartiendo juntos la vida. Las lágrimas de emoción que fluían de nuestros ojos, eran una manifestación de la alegría por la celebración de la vida. Nuestros corazones exultantes daban testimonio de la trascendencia del momento y expresaban el reconocimiento por la intervención de Dios en nuestras vidas.
Es ese mismo reconocimiento, ese sentimiento de gratitud a Dios, tan intenso y tan íntimo, tan personal y tan caro a cada uno, el que acompaña desde siempre a la experiencia humana y el que está destinado a acompañarla hasta el final de la historia, tal como lo establece el Midrash (Vaikrá Rabá 9:2): “En el mundo futuro (época mesiánica) todos los sacrificios quedarán anulados a excepción del Zevaj Shlamim y todas las plegarias quedaran anuladas menos los himnos de gratitud que no cesarán jamás.”
Shabat Shalom y Pesaj Kasher Vesameaj!

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In Honor of my Parents, Juan and Rosa Kraselnik, on their 50th. Wedding Anniversary

One of the feelings inherent to human spirituality is to be able to thank God for life’s blessings.
Every culture possesses mechanisms to express this feeling, that recognizes the divine intervention in our lives, beyond what each of us believes this means from the perspective of his own theological conception.
When we face the challenges that life presents us “we raise our eyes to the mountains” – as the Psalmist says, “from where our help will come” (Psalms 121:1), and after the difficult circumstance is overcome we feel the desire to manifest our gratitude to God and feel whole in His presence.
This is the spirit of Zevach Shlamim, the Sacrifice of Wellbeing, that is mentioned in Parashat VaYikra (Lev., ch.3) as well as in this week’s parashah (Lev. 7:11-21).
The Torah says: This is the ritual of the Zevach HaShlamim that one may offer to Adonai” (Lev. 7:11).
The final part of the verse – “that one may offer to Adonai”- appears only in connection with this kind of sacrifice and, because it is redundant (obviously the receiver of the sacrifice is God) it merits an explanation of the Midrash.
The Sages (Vaikra Rabah 9:1) point out that this affirmation reminds us of the fact that this sacrifice involved a strong conviction on the part of the person who offered it, because its motivation was exclusively the desire to thank God. In this sense it was different from the Sin (Chatat) and Guilt (Asham) offerings whose purpose was to repair an offense.
On the other hand, in contrast with the other sacrifices that were fully burned at the altar (Olah –Holocaust) or divided between the altar and the priests ( Chatat-Sin and Asham – Guilt), a portion of the Zevah Shlamim was consumed by the person making the offering and his family in a celebratory banquet.
As Rabbi Samson Raphael Hirsch explains (Germany, 19th. Century): “ the Shlamim is a recognition of our dependence on God for our destiny, and its purpose is the consecration of our joy and happiness in the condition of our lives.” (Commentary to Lev. 7:18)
The Zevach Shlamim could be offered as a Korban Todah, (an offering of gratitude after a redemption in the cases that the Talmud establishes in Berachot 54a, as a Korban Neder (a sacrifice in fulfillment of a vow) or as a Korban Nedavah (a voluntary offering). In all cases the central idea of this sacrifice, as indicated by the diverse interpretations of the names of the offering (Sifra 156:1), is to express the feeling of Shalom (Peace) and Shlemut ( Integrity) between the one making the offering and God.
After the abolition of the system of sacrifices, the Korban Todah was replaced by Birkat HaGomel, the blessing of gratitude to God that is recited after being called to the Torah subsequent to having lived through a difficult situation.
In a broader sense the desire to manifest our gratitude to God was incorporated to the daily liturgy in the Modeh Ani Lefanecha, the first words we recite when we wake up (I thank You for having given me life), in the reciting of the Amidah, in the Modim, that is precisely the benediction of gratitude to God: ”You watch over our existence and You protect our life through every generation, therefore we give thanks to You and pray to You…” and in the Birkat HaMazon, the blessing after meals, by which we thank God for our sustenance and for having granted us life.
When we look around it would seem that the blessing of Sheecheyanu (for giving us life, for sustaining us and for enabling us to reach this moment) has become for many of our contemporaries the appropriate vehicle to recognize God’s presence in our lives and to give testimony of our gratitude. Precisely because of the simplicity of its content, the Sheecheyanu is able to give expression to that deep feeling of gratitude towards the Source of Life that overwhelms us on those special moments of our lives, just like the Shevach Shlamim, the Sacrifice of Wellbeing was inviting us to externalize it.
On a personal note, it was that identical feeling of peace and plenitude with God and with life that was contagious on the recent ceremony of renewal of vows of my parents on the occasion of their 50th. wedding anniversary. As they stood under the Chuppah that was being held by their seven grandchildren, surrounded by their four children and their spouses, and in the presence of family and friends my parents gave testimony of their love for each other and of their desire to continue sharing their lives. The tears of emotion that flowed from our eyes were an expression of joy for the celebration of life. Our elated hearts gave testimony of the transcendence of the moment and expressed gratitude for God’s intervention in our lives.
It is this same appreciation, this feeling of gratitude to God, so intense and so intimate, so personal and dear to each one of us, that follows since time immemorial human experience, and is destined to accompany it until the end of time, as is established in the Midrash *(VaYikra Rabah 9:2): “In the world to come (messianic age) all sacrifices will be annulled, with the exception of Zevach Shlamim, and all prayers will be cancelled except for the hymns of gratitude that will never cease.”
Shabbat Shalom and Pesach Kasher veSameach!

Comentando la Parasha: Vaikra

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Rabino Mario Gurevich

Beth Israel Synagogue, Aruba

Comenzamos esta semana la lectura y el estudio del tercer libro de la Tora, Vaykra o Levítico.
El texto contiene toda la legislación sobre el culto de sacrificios y las funciones de los sacerdotes por lo cual también fue llamado Torat haKohanim, o Ley de los sacerdotes.
No hay en el casi ningún relato histórico, solo la árida enumeración de transgresiones y rituales de expiación y purificación, lo cual lo vuelve un texto denso, que difícilmente captura la atención del lector.
Aun en épocas del Templo este texto fue objeto de debates álgidos, puesto que los Saduceos opinaban que su contenido, particularmente todo lo relacionado a las purezas e impurezas rituales obligaban únicamente a los sacerdotes mientras que los Fariseos opinaban que la Ley cobijaba a la totalidad del pueblo de Israel.
Esta fue finalmente la opinión que prevaleció aunque debe destacarse que la destrucción del Templo implicó la casi total obsolescencia de sus mandamientos que fueron más tarde reemplazados por formas más abstractas y sutiles de culto: la oración, la mesa familiar, los símbolos.
Entonces cabe preguntarse, cual es el sentido de continuar leyendo año tras año esta enumeración legal que difícilmente tiene algún sentido para nosotros?
Creo que la respuesta la encontraremos en la primera palabra del Texto: Vaikra, “y llamó”.
Dice el texto: “Y llamó Dios a Moisés…diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles…”
Es Dios quien llama. Más allá de la discusión bizantina sobre si Dios creó al hombre o este a Dios, quien llama, quien se acerca es Dios.
O como lo diría el Rabino Abraham Joshua Heschel en una obra monumental:” Toda la historia humana, según se describe en la Biblia, puede resumirse en una frase: Dios en busca del hombre.”
Para qué nos llama Dios? Dios llama a cada uno de nosotros para hacer algo—nosotros debemos percibir que es.
La extensa lista de sacrificios, en hebreo Korban que proviene de la misma raíz de Karov, cercano, no tiene otro propósito que el de acercar al hombre a Dios, concientizarlo en esta relación tan asimétrica pero tan definitiva para la vida de los seres humanos sobre la Tierra.
En palabras de Heschel: “Nunca mas fuimos los mismos desde el día en que la voz de Dios nos arrebató en Sinai…Dios nos reveló su nombre y por su nombre se nos llama…Hay dos nombres hebreos para designar al judío: Iehudi cuyas tres primeras letras son las tres primeras letras del Tetragramon, el Nombre Inefable, e Israel, cuya última silaba, El, significa Dios en Hebreo.
Si podemos caracterizar a otras religiones como una relación entre el hombre y Dios, el judaísmo ha de describirse como una relación entre el hombre con la Tora y Dios…La Tora no es la sabiduría de Israel sino su destino, no es nuestra literatura sino nuestra esencia”.
Volviendo a la llamada: ¿Y nosotros qué? Y más importante: ¿qué podríamos llegar a ser si respondemos a la llamada de Dios?
Dios llama a cada uno de nosotros para hacer algo. La mayoría de nosotros trabaja y juega en todas partes del mundo. Dios nos está llamando a hacer algo allí. Puede ser con nuestra familia, trabajo, búsqueda recreativa, o aquí en la sinagoga o la comunidad.
Dios nos está llamando a cada uno para construir su reino aquí en la tierra de alguna manera. Dios nos puso aquí por una razón.
Tal vez la pregunta de hoy seria: “¿Para qué te está llamando Dios?”
Shabat Shalom!

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We start this week the reading and study of the third book of the Torah, Vayikra or Leviticus.
The text contains all the legislation about the cult of sacrifices and the functions of the priests and, for this reason, it was also called Torat HaKohanim or the Law of the Priests.
In it we see almost no historical account, just the arid listing of transgressions and rituals of expiation and purification. Thus it turns it into a weighty text that is unlikely to capture the attention of the reader.
Even in Temple times this text was the target of heated debates, since the Sadducees felt that its content, in particular everything related to ritual purity and impurity bound only the Priests, while the Pharisees opined that the Law sheltered all the People of Israel.
This was the opinion that prevailed in the end, although we must point out that the destruction of the Temple signified the almost total obsolescence of its commandments , that were later replaced for more abstract and subtle forms of cult: prayer, the family table, the symbols.
Thus it makes sense to wonder: what is the sense of continuing to read, year after year, this legal enumeration that hardly makes any sense to us?
I think that we find the answer in the first word of the text: Vayikra, “ And He called”.
The text says: “The Lord called Moses…..saying: Speak to the Israelite people and say to them…”
It is God who is calling. Beyond the Byzantine discussion whether it was God who created man or the opposite, God is the one who calls, who gets closer.
Or, the way that Rabbi Abraham Joshua Heschel would express it in a monumental work: “All of human history as described in the Bible may be summarized in one phrase: God is in search of man”. (1)
What is God calling us for? God calls each one of us to do something – we have to perceive what it is.
The extensive list of sacrifices, in Hebrew Korban, a word that comes from the same root as Karov, close, has no other purpose than to bring man closer to God, make him more aware in this relationship, as asymmetric as it is definitive for the life of human beings on Earth.
In the words of Heschel:
"We have never been the same since the day on which the voice of God overwhelmed us at Sinai…God revealed His name to us, and we are named after Him…There are two Hebrew names for Jew: Yehudi, the first three letters of which are the first three letters of the Tetragram, the Ineffable Name, and Israel, the end of which, El, means God in Hebrew. If other religions may be characterized as a relation between man and God, Judaism must be described as a relation between man, with Torah and God… The Torah is not the wisdom but the destiny of Israel; not our literature but our essence". (2)
Returning to the call: How about us? More importantly: what might we become if we answered God’s call?
God calls each of us to do something. Most of us, all around the world, work and play. God is calling us to do something there. It can be together with our family, at work, on a recreational search, or here at the synagogue or community.
God is calling each of us to build somehow His kingdom here on earth. He put us here for a reason.
Maybe the present day question should be” “What is God calling you for?”
Shabbat Shalom!

Notes:
1. God in Search of Man: A Philosophy of Judaism A.J. Heschel, p.136 The Noonday Press
2.God in search of man: A Philosophy of Judaism, Rabbi Abraham J. Heschel, p. 167 The Noonday Press

Comentando la Parasha: Shabat Vaiakel Pekudei

Rabino Joshua Kullock
Comunidad Hebrea de Guadalajara, Mexico

El próximo lunes por la noche comenzará el mes de Nisan. Poco menos de 20 días faltan para que de inicio una de las festividades más trascendentes del calendario hebreo. Pero en realidad, para lograr que Pesaj nos atraviese y no nos pase por encima debemos prepararnos. Y es por eso, que por estos días debemos volver a trabajar sobre el ser judío, ser que se constituye en el hacer. Porque al igual que un músculo, si uno no trabaja sobre él, éste nunca se desarrolla.
Nisan es tiempo de trabajo personal, familiar y comunitario. Es tiempo de reunión. Y no por casualidad el nombre de una de las Parashiot que leemos esta semana lleva el nombre de “Vaiakel”, “Congregó”. Así como el pueblo de Israel se volvió a congregar luego de la crisis que significó el becerro de oro para inaugurar el Tabernáculo, así debemos reunirnos nosotros hoy, para inaugurar el desafío de educarnos para la libertad.

¿Será entonces casual que el día elegido para la inauguración del Mishkan haya sido un 1ro de Nisan, hace 3000 años?

Es interesante señalar respecto del Mishkan, que la Tora utiliza los mismos términos que fueron utilizados en la descripción de la creación del mundo. Y este detalle nos llama a la reflexión. Porque la Tora, a través de las mismas palabras y la misma estructura, nos quiere enseñar que el hombre, en comunidad, tiene la capacidad de crear. Tiene la libertad de crear. Pero esa libertad creativa debe ser responsable. Porque de la misma manera que le fue otorgada la posibilidad de crear y recrear mundos y moradas, el hombre construyó ídolos y falsos dioses. De la misma manera que descubrió medicamentos, dirigió sus esfuerzos a la construcción de bombas para la destrucción de millones de sus semejantes. Es por eso que debemos educarnos para la libertad, para una libertad que sea creativa y responsable.
Nisan es tiempo de revivir el Nes, el milagro de nuestros antepasados en Egipto. Y es tiempo también de volver a ver los Nisim que nos rodean. Tapados muchas veces hasta el cuello con todo lo malo que nos ocurre, nos olvidamos de agradecer por los milagros de la vida cotidiana. El tener un techo seguro, ropa y comida todos los días, y el estar rodeados por aquellos a quienes queremos, entre otros. Y son esos mismos milagros los que debemos multiplicar para poder ser y fortalecernos en comunidad. Para ello debemos prepararnos en estos días que nos separan de Pesaj. Porque entonces podremos llegar a la noche del Seder y abrirle la puerta a Eliahu, quien en su sentido trascendente no es un hombre que viene en un burro a tomar una quinta copa de vino, sino la Geula, la redención misma que se vuelve realidad cuando abrimos nuestra puerta a quien menos tiene. Es entonces que ya no esperamos a que Eliahu llame a nuestra puerta, sino que somos nosotros quienes salimos a buscarlo a él y, principalmente, a lo que él significa. Es en ese mismo espíritu que en cada una de nuestras mesas debemos levantar el pan para partirlo y compartirlo con aquellos que más lo necesitan, ya que son estas pequeñas grandes cosas las que constituyen el verdadero milagro. “Bejol Dor vaDor…” Generación tras generación – como dice la Hagada – debemos vernos y sentirnos saliendo de Mitzraim, vivenciando el milagro que acontece en presente continuo.
Con su llegada, Nisan nos vuelve a plantear un desafío. Quiera Ds ayudarnos a redescubrirnos en la posibilidad del milagro cotidiano. Y que podamos entonces crear y recrear de manera libre y responsable moradas para D’s, que no son otra cosa que moradas para todos los hombres.
Shabat Shalom!

Una mirada sobre el acontecer de Israel...

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JUSTICIA JUSTICIA PERSEGUIRAS (Deut. 16:20)
por Martha E. Lichtenstein

Si fuera maestra me encantaría tener estudiantes tan “obedientes”. Encendí nuestro televisor para escuchar las noticias y, quien lo hubiera pensado!, la BBC está haciendo debidamente las tareas que se le asignaran: acusar automáticamente a Israel de cualquier delito y aceptar sin vacilaciones lo que divulgue una nación árabe.
No es sólo la BBC, las fotos de aquellos culpables antes de su juicio aparecen en cada canal de televisión y llenan los diarios del mundo entero.
En tiempo record la policía de Dubai ha podido localizar a los “sospechosos israelíes”, acusándolos de asesinar al terrorista de Hamas Mahmoud al-Mabhouh, un operativo de Hezbollah con vínculos muy cercanos a Irán, quien se jactaba de sus asesinatos de israelíes, y quien ciertamente estaba tratando de contrabandear más armas a Gaza para satisfacer su ambición de consumar muchos más ataques terroristas contra Israel.
La asombrosa eficacia de la policía de Dubai debería dejarnos atónitos: han resuelto el caso en tiempo record y hasta agregado a su lista de sospechosos, que incluye ahora 26 personas, a egipcios y jordanos.
Todavía insatisfechos quieren emitir una orden de arresto internacional para Benjamin Netanyahu, el Primer Ministro de Israel. Además Interpol ha agregado los sospechosos a su lista de delincuentes más buscados.
Es interesante destacar que le llevó a Interpol trece años hacer lo mismo para las altas autoridades iraníes acusadas de estar involucradas y de complotar en el ataque terrorista que destruyó a la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) en Argentina, mató a 85 personas e hirió a muchos más inocentes.
Surgen las inevitables preguntas: Es legítimo para un país en guerra con terroristas que matan y mutilan a la población civil, secuestran y asesinan a sus soldados, atacarlos dondequiera que estén?Es lo que otras naciones occidentales han estado haciendo por años, lo que los Estados Unidos hacen diariamente en Afganistán pero, Israel aparentemente no tendría méritos para el mismo derecho a la autodefensa en el caso que optara por tal acción.
Están las naciones que consistentemente violan derechos humanos dictando la conducta del mundo occidental, que obedece con deleite, señalando una automática oposición cuando se trata de Israel?
Si al-Mabhouh aplicara para algun puesto cuáles serían sus calificaciones?
El fue un comandante militar de alto rango en Hamas y miembro fundador de las brigadas al-Qassam.
Estuvo involucrado en diferentes actos terroristas, incluyendo el secuestro y posterior asesinato de dos soldados israelíes, Avi Sasportas e Ilan Saadon en 1989, una acción “heróica” que celebró parándose sobre uno de los cadáveres.
Al-Mabhouh desarrolló conexiones secretas entre Hamas en Gaza y el cuerpo al-Quds de los Guardias Revolucionarios en Irán. Trataba constantemente de crear nuevas maneras de atacar a Israel, introduciendo a Gaza de contrabando armas antipersonales ilegales.
Estuvo profundamente involucrado en los miles de ataques con cohetes contra civiles en Israel.
No podemos dejar de preguntarnos para qué necesitaba al-Mahbouh cinco pasaportes diferentes en sus viajes y por qué, ya que sus actividades eran ampliamente conocidas, se le permitió entrar a Dubai?
Ahora que los judíos del mundo pueden ser acusados colectivamente del asesinato de un peligroso terrorista mientras que Irán puede evadir sanciones por un programa nuclear que pone en peligro no sólo a Israel sino al mundo entero, por una vez los judíos no hacen sus proverbiales preguntas porque ya las respuestas fueron dadas:
Justicia justicia perseguirás (Deut. 16:20); sólo que esta vez la justicia es aparentemente un mito que nació en Dubai con creyentes fervorosos en el mundo entero, y lo que se persigue es la deslegitimación del Estado de Israel.

Adar 17, 2010

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JUSTICE, JUSTICE YOU SHALL PURSUE (Deut. 16:20)
by Martha E. Lichtenstein

If I were a teacher I'd love to have such “compliant” students. I turned on our TV set to listen to the news and, lo and behold!, BBC is dutifully doing its prescribed homework: to automatically accuse Israel of any wrongdoing and accept without hesitation what an Arab nation advertises.
It is not only BBC, the pictures of the guilty before trial appear in every TV channel and are plastered in newspapers across the world.
In record time the Dubai police has been able to locate the “Israeli suspects”, accusing them of murdering Hamas terrorist Mahmud al-Mabhouh, a Hezbollah operative with close links to Iran, who boasted about his murder of Israelis, and who was certainly trying to smuggle more weapons to Gaza to fulfill his ambition of many more terrorist attacks against Israel.
The amazing efficiency of Dubai police should astonish us: they have solved the case in record time and even added to their list of suspects Egyptians and Jordanians;the list includes now 26 people. Not satisfied with this they want to issue an international arrest warrant for Benjamin Netanyahu, the Prime Minister of Israel. Additionally, Interpol has added the suspects to their most wanted list.
It is interesting to note that it took Interpol thirteen years to do the same for the high level Iranian authorities accused of involvement in and plotting of the terrorist attack that destroyed the AMIA ( Jewish Argentinian Mutual Association )building in Argentina, killing 85 and wounding many more innocents.
The inevitable questions arise: Is it legitimate for a country at war with terrorists that kill and maim their civilian population, and kidnap and murder their soldiers, to hit them wherever they may be?
It is what other Western nations have been doing for years, what the United States do daily in Afghanistan but Israel, apparently, would not be entitled to the same right to self defense in the event that she opted for such an action.
Are the nations that consistently violate human rights dictating the conduct of the Western world, that acquiesces with relish, pointing an automatic thumbs down at Israel?
Were al-Mabhouh to apply for a position what would his qualifications be?
He was a senior military Hamas commander and a founding member of the al-Qassam brigades.
He was involved in different terrorist acts, including the abduction and later murder of two Israeli soldiers, Avi Sasportas and Ilan Saadon in 1989, a “heroic” deed that he celebrated standing on one of the corpses.
Al-Mabhouh developed secret connections between Hamas in Gaza and the al-Quds force of the Revolutionary Guards in Iran. He was constantly trying to create new ways to attack Israel, smuggling unlawful antipersonnel weapons to Gaza. He was deeply involved in the thousands of rocket attacks against civilians in Israel.
One cannot help but wonder why did al-Mahbouh need five different passports in his travels, and why, since his activities were widely known, was he allowed entry to Dubai.
Now that the world Jews can be collectively accused of the murder of a dangerous terrorist while Iran can get away with a nuclear program that endangers not only Israel but the entire world, for once, the Jews are not raising their proverbial questions because the answers have already been given:
Justice, justice shall you pursue (Deut. 16:20), only this time justice is apparently a myth that was born in Dubai with worldwide fervent believers, and what is being pursued is the delegitimization of the State of Israel.

Comentando la Parasha: Shabat Ki Tisa

Rabino Rami Pavolotzky
Congregación B'nei Israel, Costa Rica

Parashat Ki-Tisá comienza con la orden divina a Moshé de censar al pueblo de Israel. La forma instituida para contar es curiosa: cada hombre mayor a veinte años debía ofrecer medio shekel. Así, para saber el número total de censados, al finalizar la colecta de dinero había que multiplicar el número total de shekalim por dos.
El dinero donado se habría de utilizar para la manutención de los servicios del Templo, según explican los sabios. De hecho, cada año antes del comienzo del mes de Adar leemos este párrafo durante el maftir de un Shabat especial llamado Shekalim, ya que en esa época del año se recolectaba el dinero para sufragar los gastos de los sacrificios.. Además, muchas sinagogas hasta hoy en día, acostumbran a dedicar un momento antes de Purim para que todos puedan dar su equivalente al medio shekel.
El motivo original por el cual la Torá ordena dar medio shekel a cada censado aparece en el siguiente versículo: “… habrá de ofrecer cada hombre el rescate de su alma ante Adonai al censarlos, para que no haya en ellos mortandad, al censarlos” (Shemot 30:12). ¿Qué significa esto? Lo que parece entenderse es que cuando uno es censado, su vida corre peligro, por lo que debe ofrecer un “rescate monetario” para no perecer. Rashi explica que cuando se cuenta a una persona, ésta queda dominada por el ain hará, el mal de ojo.
En la antigüedad había una creencia difundida de que el contar a una persona lo ponía en peligro. La Biblia Hebrea presenta otros relatos en los cuales esta creencia popular, aparentemente muy difundida y arraigada, se ve materializada. El ejemplo paradigmático es el del Rey David, quien al censar al pueblo por su propia voluntad provoca la ira divina y la consiguiente peste mortal (II Samuel 24, un texto muy polémico, por cierto). La tradición judía guarda hasta nuestros días rastros de esta extraña creencia: por ejemplo, cuando se cuenta a los adultos presentes en la sinagoga para corroborar si hay minián, se suele hacerlo pronunciando las palabras de un versículo que contiene diez palabras, prescindiendo así de la necesidad de contar utilizando números.
Para la mayoría de nosotros resulta difícil creer que alguien puede verse afectado porque lo cuenten, mas sin embargo creo que podemos aprender valiosas enseñanzas de esta manera de censar. En primer lugar, quizás la Torá nos esté advirtiendo del peligro de la despersonalización. En las mega-sociedades en la que vivimos, somos un número más en las estadísticas y registros estatales. Toda nuestra compleja humanidad suele verse reducida a unos cuantos datos numéricos, con las evidentes consecuencias negativas que esta visión del ser humano acarrea.
Por otra parte, existe también en nuestras sociedades ultra-competitivas una tendencia a valorar la cantidad por sobre la calidad. Ya no nos preguntamos cómo ni de qué manera, sino que nos interesamos casi exclusivamente por cuánto y cuándo.
Estas dos características deberían ser una llamado de atención para el desarrollo de nuestras congregaciones: trabajamos con personas de carne y hueso, con sueños y frustraciones, habilidades y miserias. Jamás un miembro de nuestras comunidades debería ser tratado como un mero dato estadístico. Además, si bien los números son importantes, no hay que perder de vista la calidad de lo que la comunidad ofrece. Una clase profunda e inspiradora para cinco personas puede ser mucho más beneficiosa a nivel comunitario que una charla liviana para veinte personas. Nuca deberíamos medir el éxito de nuestras actividades basándonos exclusivamente en la cantidad de participantes.
La próxima vez que cuenten el número de participantes en una actividad comunitaria, o que piensen en los números de sus comunidades, los invito a recordar esta lección que podemos aprender de Parashat Ki-Tisá… quizás debamos aprender a contar de otro modo.
Shabat Shalom!