Plática: "El Ds en el que creo"

Durante los últimos días, en la Comunidad Hebrea de Guadalajara se realizó un evento en el cual participaron los Rabinos Gustavo Kraselnik (Panamá), Manes Kogan (Nueva York) y Joshua Kullock (Guadalajara).
En dicho evento, los rabinos platicaron sobre el Ds en el que cada uno de ellos cree, exponiendo de manera clara los principios teológicos que rigen su forma de ver la Tradición Judía y el mundo en general.
En este espacio aprovechamos para compartir la grabación de dicha plática, la cual creemos que no tiene desperdicio. Desde ya, y como siempre, los comentarios y sugerencias sobre la plática serán más que bienvenidos!

Comentando la Parasha: Shabat Tetzave

Rabina Daniela Szuster
Congregación B'nei Israel, Costa Rica

En la parasha de esta semana, se nos describe minuciosamente las vestimentas que debía usar el Cohen al cumplir con sus tareas diarias. Se nos explica cómo debía ser la confección de cada una de las prendas.
La pregunta que surge es por qué tantos detalles, por qué tanta obsesión por describir este ropaje, por qué no podía el Cohen vestirse como cualquier otra persona. Hay unos sabios que opinan que se debía vestir de una manera especial porque era una necesidad del pueblo.
Sforno nos dice que la belleza de las vestimentas del Cohen producía temor reverencial a las personas que se acercaban a reverenciar a D”s. Al ver un ropaje tan especial y diferente al regular, ellos se daban cuenta que ese espacio no era uno cotidiano ni mundano. Era un lugar de respeto, reverencia y santidad. O sea que la ropa ayudaba a crear las condiciones para que sientan que estaban viviendo una dimensión especial.
Aún hoy en día las vestimentas nos señalan el tipo de situación que estamos viviendo. Como en las obras de teatro, tenemos una vestimenta especial para cada escena de nuestras vidas. Está claramente estipulado cómo debemos vestirnos para cada ocasión.
Hay que estar poco cuerdo para ponernos un traje de baño en una cena de gala o traje y corbata o vestido largo para ir a un picnic. Las convenciones sociales están estipulados hace tiempo, mucho antes de nuestra existencia. Vivimos acatando esas reglas y tratando de acomodarnos a lo que se espera de nosotros. Sin embargo, no debemos olvidar que en todo este sistema estructurado que vivimos, hay un cierto margen de movilidad. Hay una cierta libertad que nos compete. Esa libertad presenta un abanico que nos permite engañarnos y engañar a los demás por un lado o mostrarnos sinceramente ante nuestro prójimo.
¿Cómo queremos mostrarnos ante nuestros semejantes? ¿Nuestras vestimentas intentan acatar a los imperativos sociales o son reflejo de nuestra alma, de nuestros deseos y de nuestra manera creativa y original de existir?
Por otro lado, ¿cómo vemos a los demás? ¿Somos capaces de conocer a las personas más allá de sus vestimentas? ¿Somos capaces de valorar y admirar a alguien sin que tenga sofistificados ropajes como el Cohen? ¿Sólo valoramos a quien se viste con traje y corbata?
Algunos sabios como Malbim nos hablan de la importancia que nuestra vestimenta refleje nuestro interior, la chispa de espiritualidad que llevamos dentro. De hecho, explican la vestimenta de los Cohanim como símbolo de un alma pura, consagrada y que ayudaba a los Cohanim a no alejarse de D”s y de los preceptos.
¡Cuántas veces intentamos disfrazarnos, aparentar ser lo que creemos que se espera de nosotros y no lo que deseamos ser realmente! Cuenta la tradición que en toda su vida, el Rab Zusia, se esforzó por ser igual a Moshe. Cuando murió y fue juzgado por la corte celestial, D”s no le preguntó por qué no fue como Moshe sino por qué no fue Zusia, por qué se perdió dicha oportunidad. Lo mismo nos ocurre cuando intentamos disfrazarnos de otros en vez de llevar nuestros propios ropajes con orgullo y alegría.
Estando en Shabat Zajor, Shabat previo a la celebración de Purim, es una oportunidad de poder reflexionar acerca de nuestros disfraces cotidianos, lo que constantemente queremos ocultar y acerca de lo diferente que podría ser nuestra vida si nos quitáramos ciertas máscaras para mostrarnos en escena con ropajes innovadores, que nos desafíen y nos hagan personas sinceras, inigualables y singulares. Durante el año nos vemos obligados a disfrazarnos, quizás en Purim podamos ponernos nuestros más preciados atuendos.
Shabat Shalom!

Más ecos de la convención...

La 12va Convención de la UJCL también encontró un lugar de privilegio en las Featured Stories del prestigioso periódico israelí Haaretz:

Latin American Jews are now following each other on Twitter
By Haaretz Staff
http://www.haaretz.com/hasen/spages/1150180.html

The Union of Jewish Congregations of Latin America and the Caribbean is increasing interest among Latin American Jewry by engaging them in its activities electronically through social networking sites such as Twitter and Facebook.
The UJCL recently broadcast its 12th biennial convention live online using twitter feeds, marking it the first Jewish event in Latin America to be broadcast on twitter, according to UJCL's director, Rabbi Joshua Kullock.
"It is a great leap in the challenge of reaching all those Jews who aren't able to participate in these kinds of events," said Kullock.
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During the conference, UJCL, which brought together 180 Jewish leaders from 15 different countries, also held educational workshops focused on connecting Jewish communities through the web. Various workshops discussed how to build a blog for a congregation and the use of Facebook for congregations.
The UJCL works to build bridges between small progressive Jewish congregations in Latin America and the Caribbean and strives to strengthen Jewish life in the region.
Its conference in January focused on bringing those congregations together to discuss the challenges of building Jewish communities in the 21st century.

Comentando la Parasha: Shabat Teruma

Rabino Gustavo Kraselnik
Kol Shearith Israel, Panamá

Es inevitable. Se repite cada año y no se hasta cuando continuara. Siempre que llega Parashat Trumá, que inicia el proceso de la construcción del Mishkán (Tabernáculo) en el desierto, inmediatamente viene a mi memoria la bella ceremonia de consagración de la nueva sinagoga de nuestra congregación, en marzo del 2006.
En las tarjetas de invitación y en la tapa del cuadernillo que publicamos especialmente para dicha ocasión, relucían en hebreo y en español, las palabras de nuestra parashá: VEASU LI MIKDASH VESHAJANTI BETOJAM, Me construirán un Santuario y Yo residiré entre vosotros. (Éxodo 25:8)
Grabadas en mi memoria (y en un archivo de la computadora) permanecen las palabras que pronuncie en aquella noche memorable, comentando este pasaje:

“Ya el midrash, la interpretación rabínica, presta atención al hecho que el versículo bíblico no dice “Me construirán un Santuario y Yo residiré en él”, sino que dice “Yo residiré entre vosotros”. Y explican los comentaristas (Rabi Moshé Alshej, siglo XVI): “Para enseñarnos que cada persona debe construir un Santuario en su propio corazón, recién entonces, Dios residirá entre vosotros.” Y el rebbe de Kotzk una de las grandes luminarias del jasidismo una vez preguntó: ¿Dónde habita Dios? Y respondió: En todo lugar en donde lo dejen entrar. Con ese mismo espíritu, la Tradición judía enseña que la sinagoga no es la casa de Dios sino que es la casa de la Congregación. Nuestro desafío es lograr que Dios se haga presente entre nosotros. Y si pudiera sintetizar mi anhelo para esta nueva sinagoga, les diría que espero que aquí podamos estudiar, que podamos rezar y que podamos compartir juntos los momentos importantes de nuestras vidas. Dependerá de nosotros y de nuestras acciones, lograr que la Presencia de Dios nos acompañe.”

Si bien aquellas imágenes me siguen emocionando, con el paso del tiempo y disfrutando ya de la belleza y la calidez de nuestro nuevo hogar, comencé a dirigir mi mirada con mayor atención al comienzo de la Parashá: .”Habló Dios a Moisés diciendo: Di a los israelitas que reserven ofrendas para Mí. Me reservaréis la ofrenda de todo aquel a quien su corazón mueva.” (25:1-2)
Mientras que el versículo anterior (25:8) nos explicaba el “para qué” del Mishkán (y del nuevo centro comunitario), este pasaje (25:1-2) se refiere a “cómo” se iba a sustentar la construcción desde el punto de vista material,“Me reservaréis la ofrenda de todo aquel a quien su corazón mueva.” Evidentemente no se trata sólo de dar dinero. La clave radica en la motivación del donante. La contribución debía ser “de corazón”.
En ese sentido, podemos afirmar orgullosamente que al igual que en la construcción del Mishkán, también en nuestro caso, pudimos hacerlo de esa manera. Con las ofrendas voluntarias de nuestros miembros. Fue ese compromiso traducido en aportes monetarios, cada uno de acuerdo a su posibilidad, lo que permitió hacer realidad nuestro sueño tan anhelado.
Y tuvimos la maravillosa bendición de contar con el liderazgo de nuestro presidente honorario don Alberto Motta z”l, quien a partir de su generosidad y su responsabilidad, logró el involucramiento de cada persona porque como solía decir, “esta sinagoga es de todos”. Fueron su visión y su capacidad de iluminar el camino lo que nos permitió sortear los momentos difíciles y construir nuestro Mishkán, con la humilde pretensión de hacer palpable la presencia de Dios entre nosotros.
Y quizás aquí, en su ejemplo y en su actitud decidida; y en la contribución sincera de todos y cada uno de los que donaron para el nuevo centro comunitario de Kol Shearith Israel podamos encontrar una genuina lección que nos regala Parashat Mishpatim: Con impuestos se construye una sociedad, con el pago de una cuota se mantiene una comunidad, pero sólo con donaciones voluntarias, con ofrendas que emanan del corazón se puede intentar construir un Mishkán, un verdadero Santuario.

Shabat shalom!

Comentando la Parasha: Shabat Mishpatim

Rabino Mario Gurevich
Beth Israel Synagogue - Aruba

La Parasha de Mishpatim contiene leyes y preceptos de la más variada índole.
Pero lejos de ser un árido código legal, nos aporta un extenso patrón de conducta que de ser observado, no solo asegura el correcto funcionamiento de la red social sino la elevación de las personas a un grado superior de la vida espiritual.
Las leyes de la Tora, aunque muy antiguas, no son las más antiguas sobre la tierra. Muchos precedentes, el Codigo de Hamurabbi, las leyes de Eshmuno en Mesopotamia, las leyes sumerias del rey Urnamu -solo por mencionar algunas de las que han llegado a nosotros- fueron sin duda conocidas por los primeros hebreos y sus descendientes para quienes esta extensa lista no significaba una novedad sorprendente.
Sin embargo, las leyes de Mishpatim tienen una diferencia sustancial frente a sus precedentes y esta es su base moral: la igualdad del hombre ante la Ley, sustentada en la justicia y en la palabra de Dios.
El texto incluye relaciones de trabajo, la santidad en la vida humana y la integridad de su cuerpo, las sanciones contra los que la violan, las compensaciones por daños hechos por el hombre, animal o fuego, leyes contra robo y hurto y sus sanciones, preceptos contra costumbres de idolatría, seguridad para los pobres e indefensos, respeto y honor hacia Dios y los jefes del pueblo, igualdad absoluta sin excepción ni privilegio hacia el cumplimiento de la ley, preceptos para los días sagrados y fiestas y el modo de celebrarlos.
Todas son indicaciones intemporales y validas aun en nuestros días. Por supuesto será difícil encontrar hoy en nuestras ciudades un buey que es “corneador de ayer y anteayer” pero si es claro que la intención es establecer la responsabilidad de las personas que mantienen bestias u objetos que poseen la capacidad de hacer daño.
Asimismo la ley toma en cuenta factores humanos y no juzga solamente el hecho sino también las intenciones, estableciendo la diferencia entre delitos culposos y dolosos como en la mayoría de las jurisprudencias contemporáneas.
Pero aquí como en tantas otras cosas, un elemento fundamental de la ley es el lector y la correcta interpretación que de al texto escrito.
Valga como ejemplo la famosísima ley del “Talion”, la del “ojo por ojo” que hace parte de este texto y que sirvió a muchos para acusar a la Tora de ser un texto reivindicativo y bárbaro, y que no es sino una pauta de compensación por daño que nunca implico la mutilación del agresor sino una adecuada reparación del agredido.
Otras, como las leyes sobre bienes mostrencos, nos permiten extraer pautas morales que aunque no fueran la intención original están perfectamente dentro de sus parámetros y su espíritu.
“Cuando encontrares el buey de tu enemigo o su asno, tornar lo tornaras a él”, y si esto es válido para bienes y aun para enemigos que será cuando el que pierde algo es un amigo, un hermano y ni siquiera sabe que es lo que ha perdido.
Es nuestra obligación tratar de devolver la fe y el amor por la Tora a aquellos que la han perdido, intentar al menos hacer reencontrar el camino de nuestras sinagogas y oraciones a quienes aparentemente lo han olvidado y, como en el caso de los animales perdidos si no conocemos a sus propietarios, cuidarlos amorosamente hasta el día en que ellos vuelvan por si mismos a recogerlos.

Shabbat Shalom.

Ecos de la 12va Convención...

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HACIENDO LA DIFERENCIA
por Martha E. Lichtenstein (Aruba)


El salón está tenuemente iluminado. Todos están expectantes, anticipando con placer el momento más emotivo de este doceavo Encuentro de la UJCL, enriquecedor y perfectamente sincronizado.
Cuando las familiares notas de la melodía jasídica se elevan todos nos unimos en el canto, tomados de la mano.
La significación del momento no se nos pasa desapercibida, sea como recién llegados o como “veteranos”.
Si alguna vez albergamos dudas que Am Israel Ejad, el pueblo de Israel sea uno sólo, nuestra cercanía y mutua comprensión silenciosa las disipan.
La ceremonia de Havdalá despide a la Reina del Shabat, para nosotros es también un símbolo de nuestra unidad a través de las distancias. Numerosos días “jol” (días de trabajo regular) llegarán pero ahora estamos haciendo la diferencia, la santidad del Shabat simbolizando también nuestro compromiso inquebrantable de mantener un judaísmo floreciente en nuestra área, América Central y el Caribe.
Para aquellos de nosotros que hemos presenciado el nacimiento de esta organización es simplemente asombroso darse cuenta de su continuo crecimiento, y una fuente innegable de orgullo.
Después de doce años de duro trabajo y creatividad, hemos congregado a líderes judíos de diversas regiones del mundo quienes, quizá, no sabían exactamente qué esperar, pero sentimos que regresaron a sus respectivos países con una nueva percepción de lo que la UJCL representa.
En honor a su presencia y a sus grandes contribuciones, e intentando estar a la altura de las expectativas de las comunidades afiliadas, fue excitante dar a este encuentro el contenido y la forma que merecía.
Nuestros rabinos, quienes diseñaron el programa en su totalidad, aceptaron el reto y no desperdiciaron un minuto, manteniéndonos en constante movimiento durante tres días colmados de aprendizaje.
Si los plenarios con tópicos tales como Mujeres y Liderazgo, Fundamentos para la Construcción de Comunidades, La Unión Hace la Fuerza? ( el impacto de las organizaciones de segundo grado), Realidad Latinoamericana, enfrentando la crisis, eran fascinantes, la colección de nueve singulares talleres añadió una nueva visión a nuestro mundo judío.
En verdad, tal como lo indicaba el tema de la conferencia, estábamos construyendo comunidad en el siglo XXI (con innumerables espectadores cibernéticos observándonos mientras se enviaba en vivo a redes sociales en Internet y a JTA).
Pero, simultáneamente, también estábamos construyendo algo inefable, los indestructibles lazos de amistad con un grupo de gente sin igual, lazos que nos fortificarán hasta la próxima vez que nos encontremos, vigorizados por los recuerdos de un fin de semana inolvidable.
Gracias a la perseverancia y el trabajo incansable de Inés Baum, de B'nei Israel, Costa Rica, quien los tradujera profesionalmente, la UJCL ha publicado su primer libro en inglés y español, Comentarios de la Parashá, de los rabinos de la UJCL en 5768. Es una hermosa edición, con contenido que invita a la reflexión y con honda sabiduría, y el primer esfuerzo editorial de la UJCL. Seguramente otros le seguirán.
Como ya es tradicional en la UJCL en cada encuentro honramos a alguien que se ha destacado for su liderazgo y su guía, alguien capaz de hacer valientes decisiones tomando en cuenta las posiciones de todos y armonizándolas.
Una de estas personas es Jack Davidson, uno de nuestros Presidentes anteriores, quien fue escogido Persona del Año de la UJCL en el 2010. Personalmente, me honra su amistad y, cuando la comisión directiva me pidió que presentara a Jack y le diera la placa de la UJCL esto fue en esencia lo que dije:

"...Su humanidad y su calidez, su fino sentido del humor, su
sensibilidad y sabios consejos nos han enriquecido a todos
en la UJCL.
El se convirtió rápidamente en uno de los pilares de nuestra
organización desde el momento que su comunidad se afiliara.
Durante su presidencia su guía invaluable ayudó a la UJCL a
crecer. El ha nutrido al retoño con cuidado constante y hoy,
estoy segura que se regocija viendo que la UJCL – nuestra
común empresa de amor al judaísmo – se ha convertido en un
hermoso árbol cuya ramas se extienden por Centroamérica y
el Caribe.

Sí, es importante hacer una diferencia, y sentimos que nuestra visión nos coloca en un lugar muy especial, el de la gente que no se desalienta por el pequeño tamaño de sus comunidades y los diarios desafíos que se les presentan porque saben que en cada congregación late firmemente un corazón judío.

Sh'vat 5770

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TO MAKE A DIFFERENCE
Martha E. Lichtenstein

The hall is dimly lit. Every one is expectant, anticipating with pleasure the most emotional moment of this enriching and perfectly synchronized 12th. UJCL Encounter in Panama.
As the familiar notes of the hassidic melody rise we all join in the singing, holding hands.
Whether we are newcomers or “veterans”, the significance of the moment is not lost on us.
If there ever was any doubt that “Am Israel Echad”, the people of Israel are one, our closeness and silent mutual understanding dispel it.
The Havdalah ceremony bids farewell to the Shabbat Queen, for us it is also a sign of our unity across the miles. Many more “chol” days (regular work days) will come but we are now making the difference, the sacredness of the Shabbat symbolizing also our unwavering commitment to keep a thriving Judaism in our area, Central America and the Caribbean.
For those of us who have witnessed the birth of this organization it is simply amazing to realize its continuous growth, and an undeniable source of pride.
After twelve years of hard work and creativity, we have brought together Jewish leaders from many regions of the world who, perhaps, did not know quite what to expect, but we felt that they returned to their respective countries with a new insight into what the UJCL is all about.
In honor of their presence and their great contributions, and trying to live up to the UJCL member communities expectations, it was exciting to give this encounter the content and the form it deserved.
Our Rabbis, who designed our full program, rose to the challenge, and did not waste a minute, keeping us on the go for three learning-filled days.
If plenaries with topics like Women and Leadership, Foundations for the Building of Communities, Does Unity Bring Strength? (the impact of umbrella organizations) , Latin American Reality: facing the crisis, were fascinating, the array of nine unique workshops added a new vision to our Jewish world. Indeed, as the theme of the conference announced, we were building community in the 21st. century ( with countless cyber-spectators watching us as it was being sent live to social networking websites and to the JTA).
But, simultaneously, we were also building something ineffable, the indestructible ties of friendship with a unique group of people, ties that will strengthen us until the next time we meet, energized by the memories of an unforgettable weekend.
Thanks to the perseverance and tireless work of Ines Baum, from B'nai Israel, Costa Rica, who professionally translated them, the UJCL has published its first book in English and Spanish, Parashah Commentaries from the UJCL rabbis for 5768. It is a beautiful edition with thought-provoking content and deep wisdom, and the first UJCL editorial effort. More will certainly come.
As is already traditional in the UJCL in each encounter we honor someone who has stood out for his leadership and his guidance, someone able to make courageous decisions taking everyone's positions into account and harmonizing them.
One such person is Jack Davidson, one of our Past Presidents, who was chosen the UJCL 2010 Person of the Year. Personally I am honored by his friendship and, when the Board asked me to introduce Jack and give him the UJCL plaque this is the essence of what I said:

“...His humanity and warmth, his fine sense of humor, his sensitivity
and wise counsel have enriched us all at the UJCL.
He quickly became one of the pillars of our organization from the
time his community joined it.
During his presidency his invaluable guidance helped the UJCL grow.
He has nurtured the sapling with constant care and, today, I'm sure
he rejoices seeing that the UJCL - our common endeavor of love of
Judaism - has grown into a beautiful tree, whose branches extend
through Central America and the Caribbean.

Yes, it is important to make a difference, and we feel that our vision puts us in a very unique place, the one of people who are undeterred by the small size of their communities and the daily challenges they meet because they know that in each congregation steadily beats a Jewish heart.

I am Israel!

Parashat Yitro

YITRO 5770
Rabbi Joshua Kullock


We have all heard about Charles Darwin. Known as the father of modern Biology, based on his work he established the theory of evolution of the species through what he called a process of natural selection. According to his reasoning, species adapt – or not – to the environment in which they live, thus determining the species that will survive and the ones that will be extinguished. In this context, species mutate throughout time, slowly but gradually, evolving and achieving a more effective adaptation to their habitat.
The paths through which species evolved started to be mapped upon the principles of the Darwinist theory, but, as was to be expected, several spaces could not be completed. Those voids are known today as “missing links”. And it is into those missing links that I’d like to delve today.

Last week, the Torah presented us with what we could call the Jewish triumvirate: Moses, Miriam and Aaron are, in our tradition, the leaders who, joined in a single unified vision, knew how to guide the people throughout the years in the wilderness.

In this Shabbat’s parashah, Parashat Yitro, we find ourselves camping at the foot of Mount Sinai, receiving the Ten Commandments. It is because of this event that our parashah is so well known. I believe each and every one of us has their own image of that moment: flashes of lightning, smoke and fire, combined on a unique scenario in universal history. Fear, joy and anguish, interwoven in the feelings of an entire people awaiting God’s revelation.

If we put together what we read last week and what we are reading today, we find the following outline: on the one side we have the leaders, willing and working towards the task ahead, and on the other, the essential ruling content that will guide the people’s steps.

But we lack the missing link: we have the leaders and we have the law, but the structure that would allow the leaders to apply the law is missing. We have the content, but the form is missing. And without form, all content dilutes and disappears.

In my opinion, the missing link can be found hiding behind our parashah’s name, behind Yitro’s name. The Torah tells that Jethro, Moses’ father-in-law, watches as his son-in-law works alone and continuously in order to resolve every issue that arises among the people: from the tiniest quarrels to the most important problems, everything fell on the shoulders of the same man. It is Jethro, the Midianite priest, who advises Moses of the possibility to delegate tasks, putting ethical and worthy men in charge of the responsibility of solving some of the conflicts. Jethro understands that no system can rest on a single person, and that only by way of summoning more people can we aspire to grow, without losing either the compass or the horizon.

Then, the Torah tells that Moses followed his father-in-law’s advice and established the structure that would allow the people to operate in the best possible way: strong leaders, a clear ruling body, and a structure based on trust and joint work from many parties, for the purpose of easing the processes and allowing growth and mobility.

Nevertheless, two well defined parties were needed in order to make this system function correctly: a leader who knew how to delegate, and a people willing to commit and accept responsibility. For no system can withstand while the leaders do not know how to delegate, but even less while the members of the people are not willing to actively work and take into their hands part of the task delegated by the leader.

Thus, I believe there is a double message in Parashat Yitro: on the one hand, it reminds us community leaders that it is not healthy to concentrate power in a single person, and that unless we develop ties of trust and shared visions, all possible models are inevitably doomed to fail. But on the other hand, our parashah invites all members of the community to open their eyes and realize that their work and contribution is necessary, so as to generate inclusive systems where responsibilities can be shared by all members.

Without a doubt, I believe that the only community model that works is the one that has open leaders and members eager to participate. And if this does not happen, we will be doomed to be a missing link in the millenary chain of Israel’s tradition.

Shabbat Shalom,
Rabbi Joshua Kullock

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ITRÓ 5770
Rabino Joshua Kullock

Todos hemos oído hablar de Charles Darwin. Conocido como el padre de la biología moderna, sentó a partir de sus trabajos la teoría de la evolución de las especies a través de lo que él llamaba un proceso de selección natural. Según este planteo, las especies van adaptándose – o no – al medio en el cual viven, determinando entonces quien sobrevive y quien se extingue. En este contexto, muchas especies van mutando lenta pero gradualmente, evolucionando y logrando una adaptación más efectiva a su hábitat.
En los principios de la teoría darwinista, se comienzan a mapear los caminos por los cuales las especies fueron evolucionando, y – como es de esperar – muchos espacios quedaron sin poder completarse. A esos espacios, los conocemos como los “eslabones perdidos.” Y sobre eslabones perdidos es que quiero que centremos nuestra atención esta noche.

La semana pasada, la Tora nos presentaba lo que podríamos llamar el triunvirato judío: Moshe, Miriam y Aaron son en nuestra tradición los líderes que, articulados en una visión unificada, supieron conducir al pueblo durante los años en el desierto.
En la Parasha de este Shabat, Parashat Itro, nos encontramos acampando frente al Monte Sinai, recibiendo los Diez Mandamientos. Es por este hecho que nuestra Parasha es altamente conocida. No tengo dudas de que todos nosotros tenemos alguna imagen de dicho momento: Relámpagos, humo y fuego, conjugados en un escenario único en la historia universal. Temor, alegría o ansiedad, entrelazados en los sentimientos de todo un pueblo a la espera de la revelación de Ds.

Si unimos lo que vimos la semana pasada con lo que leemos esta semana, nos encontramos con el siguiente esquema: tenemos por un lado a los líderes dispuestos y trabajando para llevar la tarea adelante, y por el otro al contenido normativo esencial que irá guiando los pasos del pueblo.

Pero aquí nos falta el eslabón perdido: contamos con los líderes y tenemos la ley, pero nos falta la estructura que permita que los dirigentes puedan aplicar la ley. Tenemos el contenido, pero nos falta la forma. Y sin forma, todo contenido se diluye y desaparece.
Creo que podemos afirmar que el eslabón perdido se encuentra escondido tras el nombre de nuestra Parasha, tras el nombre de Itro. La Tora nos cuenta que Itro, que era suegro de Moshe, ve a su yerno trabajando solo y de manera constante para resolver todos los temas que surgían en el pueblo: desde las rencillas más pequeñas, a los problemas más importantes, todo caía sobre los hombros de un único hombre. Es Itro, el sacerdote midianita, quien le aconseja a Moshe la posibilidad de delegar la tarea y poner a cargo de hombres éticos y valiosos la responsabilidad de resolver algunos conflictos. Itro entiende que no hay sistema que pueda descansar en una sola persona, y que sólo a través de convocar a más gente se puede aspirar a crecer sin perder la brújula ni el horizonte.

Ahora bien, la Tora nos cuenta que Moshe siguió el consejo de su suegro e instituyó la estructura que iba a permitir que el pueblo funcionara de manera óptima: Líderes fuertes, un cuerpo normativo claro, y una estructura basada en la confianza y el trabajo mancomunado de muchas partes a los efectos de facilitar los procesos y permitir el crecimiento y la movilidad.
Sin embargo, para que dicho sistema funcionara se necesitaba de dos partes bien definidas: se necesitaba de un líder que sepa delegar, y de gente que estuviese dispuesta a comprometerse y aceptar dicha responsabilidad. Porque no hay sistema que resista mientras los dirigentes no sepan delegar, pero aun menos se puede subsistir si los miembros del pueblo no están dispuestos a trabajar activamente y tomar en sus manos parte de la tarea que el líder debe delegar.

De esta manera, creo que el mensaje de Parashat Itro es doble: por un lado, nos recuerda a aquellos que ejercemos el liderazgo comunitario que no es sano concentrar el poder en una sola persona, y que sin el desarrollo de lazos de confianza y de visiones compartidas todos los modelos posibles están condenados indefectiblemente a fracasar. Pero por otro lado, nuestra Parasha invita a todos los miembros de una comunidad a abrir los ojos y a darse cuenta de que es muy necesario el trabajo y el aporte de cada uno, a fin de generar sistemas inclusivos en los que las responsabilidades puedan ser compartidas entre todos.
Personalmente, no tengo dudas de que el único modelo comunitario que funciona es aquel que cuenta con dirigentes abiertos y con miembros sedientos por participar. Y si eso no se da, no nos quedará más remedio que terminar siendo un eslabón perdido en la milenaria cadena de la tradición de Israel.

Shabat Shalom,
Rabino Joshua Kullock