VOLVEMOS A VIAJAR A ISRAEL



Comentando la Parasha: Emor

Rabino Gustavo Kraselnik
Congregación Kol Shearith Israel, Panamá

En parashat Emor encontramos por primera vez en la Torá, el calendario completo de las festividades. El capítulo 23 de Sefer Vaikrá – Levítico, describe las tres Fiestas de Peregrinación – Shloshet Haregalim (Pesaj, Shavuot y Sucot), el Iom Truá, Día del toque del Shofar (que luego se convertiría en Rosh Hashaná) y el Día de la Expiación – Iom Kipur. La enunciación de estos días sagrados está encabezada por el Shabat.
Si bien las festividades más importantes en la época bíblica, las tres de peregrinación, tenían orígenes pre-israelitas fuertemente vinculados a los procesos agrícolas, la Torá les incorpora una nueva función: Conmemoraciones de acontecimientos históricos fundacionales del pueblo judío.
Esta concepción verdaderamente revolucionaria, estaba indisolublemente ligada al monoteísmo (o más precisamente, a la monolatría) y al concepto abstracto de Dios que plantea el texto bíblico. Tal como lo expresa el rabino Abraham J. Heschel en su reconocida obra (de lectura obligatoria) El Shabat y el hombre moderno (Ed, Paidos, Buenos Aires, 1962, pág. 15):

“Mientras las divinidades de los otros pueblos estaban asociadas a lugares y cosas, el Dios de Israel era el Dios de los acontecimientos, el Redentor de los esclavos, el que había revelado la Torá manifestándose en los acontecimientos históricos más que en objetos o lugares. Así fue como naci ó la fe en lo incorpóreo, en lo inimaginable.”

Frente a las culturas de la época que adoraban a las fuerzas de la naturaleza, la Tor á nos habla de un Dios que está más allá de la dimensión del espacio, proclamando a su vez la existencia de la dimensión del tiempo, que no sólo está profundamente relacionada con aquella, sino que además la dota de significado. A la visión cíclica del tiempo que planteaba el mundo pagano, en donde éste no es más que la reiteración de momentos iguales, el texto bíblico le incorpora la idea de linealidad. Cada instante constituye una experiencia irrepetible.
A partir de la Torá y a lo largo de los siglos, el pueblo judío desarrolló una concepción "temporal" propia que le permitió establecer con el dominio del espacio una relación tanto de compatibilidad como de independencia; ambas necesarias para poder adaptarse a las distintas realidades que debió enfrentar dentro y fuera de su propia tierra.
Esta concepción se vio reforzada tras la destrucción del Templo de Jerusalem. La desaparición del espacio religioso común evidenció la necesidad de priorizar la noción del tiempo como marco regulatorio del latir espiritual y ritual del pueblo.
La pérdida del espacio propio obligó a crear nuevas formas de vida comunitaria, nuevas formas de servir a Dios, que estuviesen relacionadas fundamentalmente con el tiempo. La mesa de Shabat remplazó al altar, la plegaria al sacrificio y los maestros y rabinos a los sacerdotes. De esta manera se creó un nuevo ritual más democrático y se trasladó la centralidad de lo litúrgico a dos lugares: el hogar y la sinagoga.
De esta forma, la santificación del tiempo cobra forma a través de las celebraciones. Cada Shabat, cada festividad, e incluso un día cualquiera, puede ser una excelente oportunidad para lograrlo. Para ello debemos desarrollar nuestra capacidad de percibir los tiempos sagrados encontrando en ellos la posibilidad e trascender. Así como somos capaces de distinguir las cosas del espacio debemos tornarnos sensibles a la especificidad de los momentos del tiempo. Como dice Heschel (Id.):

"El judaísmo es la religión del tiempo que aspira a la santificación del tiempo. A diferencia del hombre mentalmente dominado por el espacio para quien el tiempo es invariable, iterativo, homogéneo,...la Biblia percibe el carácter distintivo del tiempo. No hay dos horas idénticas, cada una es única y especial..."

Shabat shalom

HISTORIA DE ISRAEL: CUARTA CLASE

No te lo puedes perder!!!

Lunes 26 de marzo de 2010, a las 7.00 pm (hora Panamá).

Te esperamos!!!


De la Guerra a la Paz II by Igal





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Siguen las clases sobre Israel!

Este jueves 22 de abril a las 7.00 pm (hora Panamá) continúa el ciclo de pláticas sobre el Estado de Israel impartidas por el Sheliaj Igal Entenberg. No te lo puedes perder!!!

Una mirada sobre lo que ocurre en Israel

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El teatro del absurdo
por Martha E. Lichtenstein
Rosh Jodesh Iyar, 5770

Apuesto a que siempre pensaste que el Muro de los Lamentos era parte intrínseca de Jerusalem, y el lugar donde los judíos de todas partes del mundo van para rezar y sentirse conectados a su pueblo.
Seguramente escuchaste la famosa canción de Naomi Shemer, Jerusalem de Oro, en la que habla de Jerusalem con un muro en su corazón.
Apuesto a que, si visitases Israel, éste sería uno de los primeros lugares a los que irías, especialmente dado que desde la reunificación de Jerusalem en 1967, es nuevamente posible para judíos y turistas visitar este sitio, de tanta significación, que los jordanos prohibieran visitar a los judíos entre 1948 y 1967.
Probablemente estoy a punto de perder mi apuesta, ya que si estás planeando viajar a Israel desde Inglaterrra, la Autoridad para Standards Publicitarios ha dictado que un aviso israelí viola los standards the veracidad.
Como llegaron a esta sabia decisión? Los palestinos se han quejado a ASA (Autoridad para Standards Publicitarios) que “ la fotografía elegida para Jerusalem (el Muro de los Lamentos) era de Jerusalem Oriental y por lo tanto el aviso de manera engañosa implicaba que Jerusalem Oriental era parte del Estado de Israel”.
Ya estamos acostumbrados a las campañas palestinas para desconectar Israel y el pueblo judío de Jerusalem, una campaña intensificada diariamente que incluye el intento de cambiar el status de la ciudad, re-dividirla y tratar por todos los medios de prevenir que Israel construya en barrios judíos.
Sin embargo, esta vez se han superado. Como lo expresara uno de los propagandistas nazis, si una mentira se repite con suficiente frecuencia se graba en la gente y se transforma en verdad.
ASA está accediendo porque es lo “correcto” cuando los que se quejan son palestinos, no importa cuan absurdo sea el reclamo.
El Ministerio de Turismo israelí ya ha cuestionado la decisión en una carta muy bien redactada pero, cuando se trata de Israel se los encuentra culpables hasta que se prueba su inocencia, y aun después.
La reacción de ASA constituyéndose en juez de lo que es o no israelí es un apto ejemplo de Absurdismo, una filosofía que surgiera después de la Segunda Guerra Mundial que establece que nuestros esfuerzos por encontrar significado en el universo son absurdos y fracasarán al final porque nosotros, como seres humanos, somos incapaces de encontrarlo.
Quizá, en este caso particular, los palestinos lo harán...

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Theather of the absurd
by Martha E. Lichtenstein
Rosh Chodesh Iyar, 5770

I bet you always thought that the Western Wall was an intrinsic part of Jerusalem, and the place where Jews from all over the world go to pray and feel connected to their people.
You must have heard the famous song by Naomi Shemer, Jerusalem of Gold, in which she talks about Jerusalem having a wall at its heart.
I bet that if you visited Israel this would be one of the first places you would go to, especially since, as of the reunification of Jerusalem in 1967, it is again possible for Jews and tourists to visit this site, that has so much significance, and that the Jordanians forbade the Jews to visit between 1948 to 1967.
I am probably about to lose my bet, since if you are planning to travel from England, the UK's Advertising Standards Authority has ruled that an Israeli ad breaches rules on truthfulness.
How did they come to this wise decision? Palestinians have complained to the ASA that “the photograph featured for Jerusalem ( the Wailing Wall), was of East Jerusalem and therefore the ad misleadingly implied that East Jerusalem was part of the State of Israel”.
We are already used to the Palestinian campaigns to disconnect Israel and the Jewish people from Jerusalem, a campaign that is intensified each day and that includes the attempt to change the status of the city, re-divide it and try by all means to prevent Israeli building in Jewish neighborhoods.
However, this time they have outdone themselves. As one of the Nazi propagandists put it, if a lie is repeated often enough it is ingrained in the people and becomes the truth.
The Advertising Standards Authority is complying because it is the “correct” thing to do when Palestinians complain, no matter how absurd the claim.
The Israeli Ministry of Tourism has already challenged the decision in a very well written letter but, when it comes to Israel they are guilty before proven innocent, and even after wards.
The reaction of ASA, constituting itself in judge of what is Israeli or not is a fitting example of Absurdism, a post WWII philosophy that states that our efforts to find meaning in the universe are absurd and will fail in the end, because we as humans are unable to find it.
Perhaps, in this particular case, the Palestinians will...

Comentando la Parasha: Tazria-Metzora

Rabino Joshua Kullock
Comunidad Hebrea de Guadalajara, Mexico

En honor a las mujeres de mi casa: a Jess, quien dio a luz a Iara y a la recién nacida Abigail

Una de las primeras tareas a las que se tiene que abocar toda persona que recientemente se ha mudado a un nuevo país consiste en ir aprendiendo el idioma de su nueva geografía. Incluso cuando hablamos de naciones que en teoría hablan la misma lengua, es indispensable poder dedicar tiempos y esfuerzos a fin de poder ir adquiriendo algunos de los modismos propios de cada lugar.

En nuestro caso particular, cuando hace casi cuatro años llegamos a la ciudad de Guadalajara (México), nos vimos junto a Jess en la necesidad de expandir nuestro vocabulario hispano-argentino para sumar todo un mundo de nuevas y variadas formas que ofrece el hispano-mexicano. Así aprendimos, por ejemplo, que al hablar de nuestro hogar, nunca era “mi” casa, sino que en lo posible debíamos referirnos a ella como “tu” casa, lo cual no solamente era una sutileza del lenguaje, sino que podía llevar a confusiones cuando en las primeras semanas escuchábamos invitaciones del tipo: “nos encontramos a comer en tu casa” (o sea, ¡en casa del anfitrión!).

Estando en México, también aprendimos que aquello que está buenísimo está siempre ‘padrísimo,’ mientras que el lugar simbólico que ocupa la ‘madre’ en el lenguaje es – en el mejor de los casos – un tanto dudoso, a veces antagónico y por momentos conflictivo.

Ahora bien… ¿por qué es necesaria esta introducción a una suerte de lingüística para nómades? Básicamente porque les quiero contar cómo se describe aquí en México (y tal vez en otros lugares del continente también) el acto de parir hijos. Aquí en México, el acto de parir encuentra su sinónimo coloquial en la palabra ‘aliviarse.’ Así que si alguna vez se encuentran por aquí y escuchan que alguien le pregunta a una mujer si ya se alivió, esto no refiere a ninguna enfermedad bacteriana o viral, sino al momento de traer a un niño o niña al mundo. Mientras que en otras latitudes el énfasis está en el acto de ‘dar a luz,’ aquí lo priorizado (al menos desde la construcción simbólica propuesta por el lenguaje) es el hecho de dar fin al intenso período de gestación, el cual trae – indudablemente – un alivio para la madre.

Este posicionamiento divergente frente al acto de parir no hace más que reflejar distintas perspectivas sobre una misma acción. Es, de alguna manera, un buen paralelo con aquello que los judíos hacemos en relación a la exégesis sin fin de nuestros textos y tradiciones generación a generación. Y de hecho, este ejercicio de interpretación y toma de postura lo podemos ver en la primera de las parashiot que leemos durante esta semana, que justamente y no por casualidad, nos habla de qué es lo que tenía que hacer una mujer una vez que daba a luz:

    “Habló Ad-nai a Moisés diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba y dé a luz un hijo varón quedará impura durante siete días […] Si da a luz una hija, quedará impura durante dos semanas […] Cuando los días de su purificación se cumplan, ya sea por un hijo o una hija, llevará al sacerdote un cordero de un año para un holocausto y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del Tabernáculo de reunión.” (Le. 12:1-2, 5-6)

Al leer estos versículos, nuestros sabios no dejaron de preguntarse cuál era la razón de que la mujer tuviera que traer a la puerta del Tabernáculo un sacrificio de expiación. ¿Cuál había sido su transgresión para imponer sobre ella la necesidad de expiar? Y así como antes vimos dos posicionamientos modernos sobre el acto de parir, aquí los invito a que leamos dos perspectivas casi antagónicas sobre el sacrificio expiatorio que debía traer la mujer.

Por un lado, el Talmud en el Tratado de Nida (31b), nos dice que la expiación está relacionada con los dolores de parto, y con lo que ellos conllevan:

    “Le preguntaron los alumnos a Rabi Shimon bar Iojai: ¿Por qué la Tora prescribe que la mujer que pare debe ofrecer un sacrificio? Les respondió: Porque a la hora en que el niño se encuentra naciendo, la mujer brinca [del dolor] y jura que no se allegará nunca más a su marido. Es por eso que la Tora le prescribió ofrecer un sacrificio.”

Nuestra primera visión de la expiación tiene connotaciones similares a la descripción del parto en términos de ‘alivio:’ El énfasis está puesto en el dolor, en la carga y en lo difícil que pueden ser tanto los meses de embarazo como el momento mismo del parto, llegando incluso al punto de no querer tener ningún hijo más.

Pero así como encontramos la versión talmúdica del ‘alivio,’ también podemos encontrar en nuestra tradición una explicación que se encuentra en absoluta sintonía con la descripción del parto en calidad de ‘alumbramiento.’ La profesora Nejama Leibowitz (1905-1997), conecta la expiación de la madre con el relato en el cual Ds se le revela a Isaías y lo erige como profeta en Israel. En ese contexto, encontramos uno de los versículos que luego pasó a ser central en nuestros rezos cotidianos y que define al Santo bendito sea como: “Santo, Santo, Santo, Ad-nai de los ejércitos, toda la tierra está llena de Su gloria” (Is. 6:3). Pero, como se pregunta Leibowitz, ¿cuál fue la reacción del profeta frente a la revelación divina? Nos responde el texto bíblico: “Entonces dije: Ay de mi que soy muerto, porque siendo hombre impuro de labios y habitando en medio de un pueblo que tiene los labios impuros, han visto mis ojos al rey Ad-nai de los ejércitos” (ibíd. 5). Frente a esta paradójica situación, nos enseña Leibobwitz:

    “Tal vez este sea el sentido de la impureza [de la mujer] y del ofrecimiento del sacrificio expiatorio: la mujer fue merecedora de sentir en ella misma y en carne propia la grandeza del Creador; vio, sintió, y vivió en ella la creación del niño – y asimismo sintió su propia pequeñez, su nimiedad, su ser polvo y ceniza, su impureza. Y por ello, habrá de traer un sacrificio expiatorio.” (Iunim Jadashim beSefer Vaikra, p. 148)

Esta segunda explicación, esta segunda visión de la ofrenda de expiación, hace un fuerte hincapié no en el dolor sino en la bendición, no en el sufrimiento sino en la posibilidad única de imitar la obra creativa de Ds, no en el medio vaso vacío, sino en el medio vaso lleno. Esta explicación se estructura en el reconocimiento del misterio de la vida y del amor, que le da sentido a la existencia y la nutre de trascendencia.

De igual manera, cada uno de nosotros es invitado permanentemente a elegir la forma en la que ve su vida y en la que vive su realidad. Encontraremos aquellos que entenderán los desafíos como procesos desgastantes, y encontraremos aquellos que los vivirán como espacios que catalizan, potencian y energizan. Encontraremos quienes anhelen sufridamente todo aquello que no tienen, y quienes, fieles a la enseñanza de nuestros sabios, sean felices con su parte (Avot 4:1). Aquellos que busquen siempre el alivio, y aquellos que busquen siempre dar luz.

A la hora de la hora (como dicen aquí en México), todo se reduce a una simple pregunta: ¿Cómo elegiremos vivir nuestras vidas?

Shabat Shalom uMeboraj!

Seguimos estudiando!

Desde aquí los invitamos a acceder a la segunda clase sobre la historia del Estado de Israel dictada por el Sheliaj Igal Entenberg desde Panamá. La clase será este jueves, 15/4, a las 7.00 pm (hora Panamá). Los esperamos!

Comentando la Parasha: Shemini

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Rabino Rami Pavolotzky
Congregación B'nei Israel, Costa Rica

En la Parashá aparece el famoso capítulo 11 del libro de Levítico, que está dedicado, en buena parte, a las leyes dietéticas del pueblo de Israel, las leyes de la Kashrut. Podemos encontrar aquí listas de alimentos permitidos y prohibidos, y algunas pocas reglas generales.
Las leyes de la Kashrut han distinguido al pueblo judío durante toda su historia. Muchos testimonios remarcan cómo los judíos eran reconocidos por sus vecinos por la forma en que comían. Sabemos también con cuanto amor y sacrificio fue guardada esta mitzvá.
Ahora bien, ¿cuál es el sentido de comer kasher? La Torá no lo menciona explícitamente, y por eso nuestros sabios difieren sobre la causa real. Casi todos los estudiosos acuerdan en que la razón tiene que ver con una de las frases que cierra el capítulo 11: “habréis de ser consagrados, ya que Santo soy Yo”. D”s desea que nos convirtamos en personas consagradas a la Torá y a la bondad, forjando en nosotros un carácter sobrio, y desarrollando en nosotros la moderación en los hábitos alimentarios, para que ello repercuta en nuestras actitudes y acciones.
Cuando intento explicarle a alguien porqué es bueno comer kasher y le digo que las leyes de la Kashrut buscan moldear nuestro espíritu para que seamos mejores personas, a veces me contestan: “vea rabino, eso que dice es muy bonito, pero yo conozco mucha gente que es muy estricta al comer kasher, pero que engaña a su familia y amigos, o que en sus negocios se comporta en forma deshonesta”.
¿Cuál debería ser la respuesta adecuada a esta objeción? Algunas personas podrían contestar que eso no es posible, que si alguien realmente cumple los preceptos no puede ser una persona deshonesta. Yo prefiero contestar que creo sinceramente que comer kasher, y la observancia de los preceptos en general, nos ayudan a ser mejores personas, pero que eso no ocurre en forma inmediata, pues además de cumplir es necesario tener conciencia de lo que se está haciendo. Si uno solo cumple con los preceptos en forma mecánica, eso podría no causarnos ningún cambio positivo en nuestro espíritu.
Valen agregar que también es cierto que uno puede ser mala persona y al mismo tiempo ser muy estricto en su observancia religiosa. La tradición judía denomina a una persona de este tipo como un “nabal birshut ha-halajá”, es decir un depravado que actúa dentro de los límites de la ley judía.
Voy a darles un ejemplo para que me entiendan mejor. Como dije antes, comer kasher debería moderar nuestros impulsos, hacernos más modestos y sensibles. Sin embargo, uno puede sentarse a la mesa con su familia, comportarse en forma grosera, comer exageradamente, escupir, ensuciarse, golpear la mesa protestando, gritarle a la familia, etc., y sin embargo puede estar cumpliendo perfectamente con las leyes de la Kashrut.
Pero entonces, ¿qué es lo que falla? Como dije antes, no alcanza con observar las leyes de la Torá estrictamente, sino que debemos poner mucha voluntad para que esas leyes nos ayuden a ser mejores personas. Cada vez que cumplimos con un precepto, debemos tomar conciencia de qué estamos haciendo y cómo nos puede ayudar. De lo contrario, quizás hayamos cumplido con nuestra obligación, pero podemos no haber aprendido nada.
Específicamente con el ejemplo de la Kashrut, cada vez que nos sentamos a la mesa deberíamos detenernos un instante a meditar. Las bendiciones que decimos antes de la comida pueden ser de gran ayuda, ya que nos dan la oportunidad de hacer una pausa y reflexionar antes de comer. Así, transformamos el acto de alimentarnos en un momento significativo: agradecemos a D”s por la comida que nos provee. Si hay cosas que no tenemos permitido ingerir, eso nos tendría que llevar a pensar que somos humanos y que tenemos límites, que no todo nos está permitido. Si vamos a comer carne o pollo, deberíamos pensar que para hacerlo debimos sacrificar un ser vivo, y que eso fue hecho de la forma más humana posible, intentando que el animal no sufra. También deberíamos reflexionar sobre lo afortunados que somos al poder comer y beber, y acordarnos de que hay mucha gente que no puede hacerlo con regularidad, a la que quizás podríamos ayudar por medio de la tzedaká. La bendición que se dice después de las comidas nos ayudará a agradecer nuevamente a D”s por nuestro alimento y pensar en los más necesitados.
Entonces, ¿cada vez que me siento a comer debo pensar en todas estas cosas? No, en realidad no siempre tenemos el tiempo y la disposición para hacerlo. Pero si eso nunca ocurre, si comer kasher se vuelve solo un conjunto de reglas seguidas como si fuéramos “máquinas de cumplir”, sin tener conciencia de qué estamos haciendo, entonces es muy probable que comer kasher no nos ayude demasiado en nuestro intento constante de mejorar como seres humanos.
Estoy convencido de que las leyes y tradiciones judías pueden convertirse en una excelente guía para quien busca ser una mejor persona, más sensible y honesta, pero ese objetivo no se logra con solo acatar las reglas. Ayuda mucho, es verdad, pero si no tomamos conciencia de nuestra conducta difícilmente podamos mejorar. La Torá nos brinda la posibilidad de vivir una vida plena de significados, pero sin nuestro esfuerzo constante y consciente, todo queda en un buen intento. No solo se trata de cumplir con nuestro cuerpo, se necesita también que ofrezcamos nuestro corazón.
Shabat Shalom!

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In this Parashá we read the famous chapter 11 of the Book of Leviticus, that is dedicated for the most part to the dietary laws of the people of Israel, the laws of Kashrut. Here we can find lists of allowed and forbidden foods and a few general rules.
The laws of Kashrut have distinguished the Jewish people throughout its history. Many documents point out how Jews were recognized by their neighbors by the way in which they ate. We also know with how much love and sacrifice they kept this mitzvah.
Now then, what is the sense of eating kasher? The Torah does not mention it explicitly, and because of this our sages differ on the real reason. Almost all the scholars agree that the reason is related to one of the phrases that close chapter 11: “ You shall be holy for I am Holy”. God wants us to become people that are consecrated to the Torah and to kindness, forging in us a sober character, and developing our moderation in feeding habits, so that this impacts our attitudes and actions.
When I attempt to explain to someone why it is good to eat kasher, and I tell him that the laws of Kashrut are aimed at molding our spirit so that we be better persons, I get sometimes the reply:
“Listen, Rabbi, what you say is very nice but I know many people that are very strict about eating kasher yet they cheat their family and friends, or are dishonest in their business deals.”
What should be the adequate reply to this objection? Some people might answer that it is not possible, that if someone really fulfills the commandments he cannot be a dishonest person.
I would rather answer that I sincerely believe that eating kasher and the observance of the precepts in general help us to be better persons but, this does not happen immediately because, besides observing it is necessary to be aware of what one is doing. If we fulfill the precepts mechanically it might not bring any positive change in our spirit.
It is worth noting that one can be a bad person and, at the same time, be very strict in his religious observance. The Jewish tradition calls people of this kind as “nabal birshut haHalachah”, meaning he is a pervert acting within the limits of Jewish law.
I’ll give you an example to make myself clearer. As I said earlier, eating kasher should moderate our impulses, make us more modest and sensitive. However, one can sit at the family table, behave grossly, eat too much, spit, get dirty, bang on the table in protest, scream at the family, etc. and yet obey to perfection the laws of Kashrut.
Then, what is missing? As I said before, it is not enough to strictly observe the laws of the Torah , we must strive for these laws to help us be better persons. Every time we fulfill a precept, we have to be aware of what we are doing and how it can help us. Otherwise, perhaps we have fulfilled our obligation but it is possible we have not learned a thing.
Specifically, with the example of Kashrut, every time we sit at the table we should stop a moment to meditate. The blessings we say before the meal can be very helpful, since they offer us the opportunity of taking a break and reflect before we eat. Thus we transform the act of feeding ourselves into a meaningful moment: we thank G-d for the food He provides for us. If there are things that we are not allowed to eat it should lead us to think that we are humans and we have limitations, not everything is allowed to us. If we are going to eat meat or chicken we should think that in order to do this we had to sacrifice a living being, and that it was done in the most humane way possible, trying to prevent the suffering of the animal.
We should also reflect on how lucky we are being able to eat and drink, remembering the multitude of people that cannot do it regularly, people that perhaps we might help by means of tzedakah. The blessing that is said after meals will help us to thank G-d again for our nourishment and to think of the neediest people.
So, should I think about all these things every time I sit down to eat? No, realistically we do not always have the time or the inclination to do it. But, if it never happens, if eating kasher becomes only a set of rules that we follow as if we were “observance machines”, without being aware of what we are doing, then it is very unlikely that eating kasher will help us very much in our constant striving to improve ourselves as humans.
I am convinced that the Jewish laws and traditions can become an excellent guide for the one who aspires to be a better, more sensitive and honest person. But this goal is not reached with obedience of the laws only. It is true that it helps a lot, but if we do not become aware of our conduct it is very difficult that we may be able to improve.
The Torah gives us the possibility to live a fully meaningful life but, without our constant conscientious effort, it will only remain a nice try. It is not about fulfilling the laws with our body, it is also necessary that we offer our heart.
Shabbat Shalom!

ESTUDIANDO JUNTOS - CLASE: 08/04/2010

A partir de esta semana comenzamos juntos a estudiar sobre la historia del Sionismo y del Estado de Israel junto al Sheliaj Igal Entenberg, quien desde Panamá dictará una serie de siete clases sobre este interesante tema.
Las clases - que comienzan hoy Jueves 4 de Abril a las 7.00 pm (hora Panamá) - podrán ser vistas en vivo y en directo desde aquí:


O bien, pueden acceder al siguiente link.
Te esperamos!!!!!