Una mirada sobre lo que ocurre en Israel

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El teatro del absurdo
por Martha E. Lichtenstein
Rosh Jodesh Iyar, 5770

Apuesto a que siempre pensaste que el Muro de los Lamentos era parte intrínseca de Jerusalem, y el lugar donde los judíos de todas partes del mundo van para rezar y sentirse conectados a su pueblo.
Seguramente escuchaste la famosa canción de Naomi Shemer, Jerusalem de Oro, en la que habla de Jerusalem con un muro en su corazón.
Apuesto a que, si visitases Israel, éste sería uno de los primeros lugares a los que irías, especialmente dado que desde la reunificación de Jerusalem en 1967, es nuevamente posible para judíos y turistas visitar este sitio, de tanta significación, que los jordanos prohibieran visitar a los judíos entre 1948 y 1967.
Probablemente estoy a punto de perder mi apuesta, ya que si estás planeando viajar a Israel desde Inglaterrra, la Autoridad para Standards Publicitarios ha dictado que un aviso israelí viola los standards the veracidad.
Como llegaron a esta sabia decisión? Los palestinos se han quejado a ASA (Autoridad para Standards Publicitarios) que “ la fotografía elegida para Jerusalem (el Muro de los Lamentos) era de Jerusalem Oriental y por lo tanto el aviso de manera engañosa implicaba que Jerusalem Oriental era parte del Estado de Israel”.
Ya estamos acostumbrados a las campañas palestinas para desconectar Israel y el pueblo judío de Jerusalem, una campaña intensificada diariamente que incluye el intento de cambiar el status de la ciudad, re-dividirla y tratar por todos los medios de prevenir que Israel construya en barrios judíos.
Sin embargo, esta vez se han superado. Como lo expresara uno de los propagandistas nazis, si una mentira se repite con suficiente frecuencia se graba en la gente y se transforma en verdad.
ASA está accediendo porque es lo “correcto” cuando los que se quejan son palestinos, no importa cuan absurdo sea el reclamo.
El Ministerio de Turismo israelí ya ha cuestionado la decisión en una carta muy bien redactada pero, cuando se trata de Israel se los encuentra culpables hasta que se prueba su inocencia, y aun después.
La reacción de ASA constituyéndose en juez de lo que es o no israelí es un apto ejemplo de Absurdismo, una filosofía que surgiera después de la Segunda Guerra Mundial que establece que nuestros esfuerzos por encontrar significado en el universo son absurdos y fracasarán al final porque nosotros, como seres humanos, somos incapaces de encontrarlo.
Quizá, en este caso particular, los palestinos lo harán...

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Theather of the absurd
by Martha E. Lichtenstein
Rosh Chodesh Iyar, 5770

I bet you always thought that the Western Wall was an intrinsic part of Jerusalem, and the place where Jews from all over the world go to pray and feel connected to their people.
You must have heard the famous song by Naomi Shemer, Jerusalem of Gold, in which she talks about Jerusalem having a wall at its heart.
I bet that if you visited Israel this would be one of the first places you would go to, especially since, as of the reunification of Jerusalem in 1967, it is again possible for Jews and tourists to visit this site, that has so much significance, and that the Jordanians forbade the Jews to visit between 1948 to 1967.
I am probably about to lose my bet, since if you are planning to travel from England, the UK's Advertising Standards Authority has ruled that an Israeli ad breaches rules on truthfulness.
How did they come to this wise decision? Palestinians have complained to the ASA that “the photograph featured for Jerusalem ( the Wailing Wall), was of East Jerusalem and therefore the ad misleadingly implied that East Jerusalem was part of the State of Israel”.
We are already used to the Palestinian campaigns to disconnect Israel and the Jewish people from Jerusalem, a campaign that is intensified each day and that includes the attempt to change the status of the city, re-divide it and try by all means to prevent Israeli building in Jewish neighborhoods.
However, this time they have outdone themselves. As one of the Nazi propagandists put it, if a lie is repeated often enough it is ingrained in the people and becomes the truth.
The Advertising Standards Authority is complying because it is the “correct” thing to do when Palestinians complain, no matter how absurd the claim.
The Israeli Ministry of Tourism has already challenged the decision in a very well written letter but, when it comes to Israel they are guilty before proven innocent, and even after wards.
The reaction of ASA, constituting itself in judge of what is Israeli or not is a fitting example of Absurdism, a post WWII philosophy that states that our efforts to find meaning in the universe are absurd and will fail in the end, because we as humans are unable to find it.
Perhaps, in this particular case, the Palestinians will...

Comentando la Parasha: Tazria-Metzora

Rabino Joshua Kullock
Comunidad Hebrea de Guadalajara, Mexico

En honor a las mujeres de mi casa: a Jess, quien dio a luz a Iara y a la recién nacida Abigail

Una de las primeras tareas a las que se tiene que abocar toda persona que recientemente se ha mudado a un nuevo país consiste en ir aprendiendo el idioma de su nueva geografía. Incluso cuando hablamos de naciones que en teoría hablan la misma lengua, es indispensable poder dedicar tiempos y esfuerzos a fin de poder ir adquiriendo algunos de los modismos propios de cada lugar.

En nuestro caso particular, cuando hace casi cuatro años llegamos a la ciudad de Guadalajara (México), nos vimos junto a Jess en la necesidad de expandir nuestro vocabulario hispano-argentino para sumar todo un mundo de nuevas y variadas formas que ofrece el hispano-mexicano. Así aprendimos, por ejemplo, que al hablar de nuestro hogar, nunca era “mi” casa, sino que en lo posible debíamos referirnos a ella como “tu” casa, lo cual no solamente era una sutileza del lenguaje, sino que podía llevar a confusiones cuando en las primeras semanas escuchábamos invitaciones del tipo: “nos encontramos a comer en tu casa” (o sea, ¡en casa del anfitrión!).

Estando en México, también aprendimos que aquello que está buenísimo está siempre ‘padrísimo,’ mientras que el lugar simbólico que ocupa la ‘madre’ en el lenguaje es – en el mejor de los casos – un tanto dudoso, a veces antagónico y por momentos conflictivo.

Ahora bien… ¿por qué es necesaria esta introducción a una suerte de lingüística para nómades? Básicamente porque les quiero contar cómo se describe aquí en México (y tal vez en otros lugares del continente también) el acto de parir hijos. Aquí en México, el acto de parir encuentra su sinónimo coloquial en la palabra ‘aliviarse.’ Así que si alguna vez se encuentran por aquí y escuchan que alguien le pregunta a una mujer si ya se alivió, esto no refiere a ninguna enfermedad bacteriana o viral, sino al momento de traer a un niño o niña al mundo. Mientras que en otras latitudes el énfasis está en el acto de ‘dar a luz,’ aquí lo priorizado (al menos desde la construcción simbólica propuesta por el lenguaje) es el hecho de dar fin al intenso período de gestación, el cual trae – indudablemente – un alivio para la madre.

Este posicionamiento divergente frente al acto de parir no hace más que reflejar distintas perspectivas sobre una misma acción. Es, de alguna manera, un buen paralelo con aquello que los judíos hacemos en relación a la exégesis sin fin de nuestros textos y tradiciones generación a generación. Y de hecho, este ejercicio de interpretación y toma de postura lo podemos ver en la primera de las parashiot que leemos durante esta semana, que justamente y no por casualidad, nos habla de qué es lo que tenía que hacer una mujer una vez que daba a luz:

    “Habló Ad-nai a Moisés diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba y dé a luz un hijo varón quedará impura durante siete días […] Si da a luz una hija, quedará impura durante dos semanas […] Cuando los días de su purificación se cumplan, ya sea por un hijo o una hija, llevará al sacerdote un cordero de un año para un holocausto y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del Tabernáculo de reunión.” (Le. 12:1-2, 5-6)

Al leer estos versículos, nuestros sabios no dejaron de preguntarse cuál era la razón de que la mujer tuviera que traer a la puerta del Tabernáculo un sacrificio de expiación. ¿Cuál había sido su transgresión para imponer sobre ella la necesidad de expiar? Y así como antes vimos dos posicionamientos modernos sobre el acto de parir, aquí los invito a que leamos dos perspectivas casi antagónicas sobre el sacrificio expiatorio que debía traer la mujer.

Por un lado, el Talmud en el Tratado de Nida (31b), nos dice que la expiación está relacionada con los dolores de parto, y con lo que ellos conllevan:

    “Le preguntaron los alumnos a Rabi Shimon bar Iojai: ¿Por qué la Tora prescribe que la mujer que pare debe ofrecer un sacrificio? Les respondió: Porque a la hora en que el niño se encuentra naciendo, la mujer brinca [del dolor] y jura que no se allegará nunca más a su marido. Es por eso que la Tora le prescribió ofrecer un sacrificio.”

Nuestra primera visión de la expiación tiene connotaciones similares a la descripción del parto en términos de ‘alivio:’ El énfasis está puesto en el dolor, en la carga y en lo difícil que pueden ser tanto los meses de embarazo como el momento mismo del parto, llegando incluso al punto de no querer tener ningún hijo más.

Pero así como encontramos la versión talmúdica del ‘alivio,’ también podemos encontrar en nuestra tradición una explicación que se encuentra en absoluta sintonía con la descripción del parto en calidad de ‘alumbramiento.’ La profesora Nejama Leibowitz (1905-1997), conecta la expiación de la madre con el relato en el cual Ds se le revela a Isaías y lo erige como profeta en Israel. En ese contexto, encontramos uno de los versículos que luego pasó a ser central en nuestros rezos cotidianos y que define al Santo bendito sea como: “Santo, Santo, Santo, Ad-nai de los ejércitos, toda la tierra está llena de Su gloria” (Is. 6:3). Pero, como se pregunta Leibowitz, ¿cuál fue la reacción del profeta frente a la revelación divina? Nos responde el texto bíblico: “Entonces dije: Ay de mi que soy muerto, porque siendo hombre impuro de labios y habitando en medio de un pueblo que tiene los labios impuros, han visto mis ojos al rey Ad-nai de los ejércitos” (ibíd. 5). Frente a esta paradójica situación, nos enseña Leibobwitz:

    “Tal vez este sea el sentido de la impureza [de la mujer] y del ofrecimiento del sacrificio expiatorio: la mujer fue merecedora de sentir en ella misma y en carne propia la grandeza del Creador; vio, sintió, y vivió en ella la creación del niño – y asimismo sintió su propia pequeñez, su nimiedad, su ser polvo y ceniza, su impureza. Y por ello, habrá de traer un sacrificio expiatorio.” (Iunim Jadashim beSefer Vaikra, p. 148)

Esta segunda explicación, esta segunda visión de la ofrenda de expiación, hace un fuerte hincapié no en el dolor sino en la bendición, no en el sufrimiento sino en la posibilidad única de imitar la obra creativa de Ds, no en el medio vaso vacío, sino en el medio vaso lleno. Esta explicación se estructura en el reconocimiento del misterio de la vida y del amor, que le da sentido a la existencia y la nutre de trascendencia.

De igual manera, cada uno de nosotros es invitado permanentemente a elegir la forma en la que ve su vida y en la que vive su realidad. Encontraremos aquellos que entenderán los desafíos como procesos desgastantes, y encontraremos aquellos que los vivirán como espacios que catalizan, potencian y energizan. Encontraremos quienes anhelen sufridamente todo aquello que no tienen, y quienes, fieles a la enseñanza de nuestros sabios, sean felices con su parte (Avot 4:1). Aquellos que busquen siempre el alivio, y aquellos que busquen siempre dar luz.

A la hora de la hora (como dicen aquí en México), todo se reduce a una simple pregunta: ¿Cómo elegiremos vivir nuestras vidas?

Shabat Shalom uMeboraj!